Lo siento, lo siento se decía a sí misma mientras lloraba sin parar. No sabes de verdad cuánto lo siento.
Lloraba de pura lástima de si misma, harta de ilusiones rotas y sin esperanzas, se dejó caer. Una voz quejumbrosa desde dentro le decía, no seas tonta, perdonate a ti misma, las cosas no salieron como tu querías, siempre existió esa posibilidad, pero tu nunca quisiste pensarlo, ahora no estarías así de mal, si desde el principio hubieses entendido a qué jugabas y a qué te arriesgabas. Nunca hubo seguridad de nada, ni el menor atisbo de éxito, ni amago de acercarte a tu sueño, ahora es doloroso verte así, deberías haberte preparado para lo que podría ocurrir y que de hecho es lo que ocurrido, fracasaste, así de claro.
Responder