Solo tú conoces el dolor,
de la desolación del que está perdido,
del sufrimiento de quien emprende
su camino hacia la vejez.
Tú que conoces el dolor
del ser querido arrancado de tu vida,
tu que conoces el padecimiento de un cáncer,
del terror que te recorre por dentro.
Solo tú lo sabes,
solo tú sabes de qué hablo,
cuanto dolor por ese amor
que se fue para siempre,
y de cómo queman las lágrimas,
cuando no se para de llorar.
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